Ideas de oficina

1. La carne desaparece en los costados de esta fiebre. Hay veces que prefiero no estar quieta y regar las plantas.

2. Fumo sentada al borde de la cama, salen dos lágrimas, el perro me mira, triste mi perro, me consuela. Siento el cuerpo con miles de flores nacer, pero siento el cuerpo con miles de flores muriéndose al mismo tiempo.

3. Mi jefe me ha pedido un reporte con índices, números, gráficos. Frente al monitor, mientras tecleo, siento mi pecho moverse y abrirse. Un animalito sale, es un conejo recién nacido, cubierto de lánugo tornasol. Te ofrezco este conejo.

4. Las palabras que dicen las personas no son lo que sienten las personas. Un señor dijo «globo» pero sentía cosas como «piedra», «río», «nube gris». No confío en lo que dice la gente, porque siempre quiere decir otra cosa.

5. ¿Qué ves en mí cuando me miras de frente y me dices Te quiero? ¿Ves a un perrito triste dentro de mi pupila o ves fuego cruzar de mis ventanas y quemar todo?

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Mirada de agua recién nacida

Dame mirada de agua recién nacida. Dame espera y luego frío para después dar abrazo. Dame tristeza y después risa; mira la ventana y después mira mis labios; maneja rápido y después quédate quieta, suelta el volante, escucha una canción.

Dame abismo, todo el que tengas y después lanza una cuerda hacia la luz.

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Incendio

El perro mira triste desde la ventana, ¿ volverás?

La silla está quieta en la sala, ¿traerás flores como nunca, de repente?

El viento mueve una cortina de tela floreada, horrible que es mi cortina,

¿te quedarás inmóvil otra vez cuando pregunte si me amas?

El pasto está seco, el patio apenas barrido, ¿me ayudarás a pintar la casa

mientras la música, para después, cansados,

mirarnos el uno al otro en la cama  listos para desnudarnos?

El perro me mira desde la puerta de mi cuarto,

¿vendrás a tirarme una cuerda cuando me inunde dentro de la almohada?

Hierve el  café de olla recién hecho, con canela, piloncillo y vainilla

huele toda esta casa, ¿vendrás a vivir conmigo justo cuando sirva las tazas?

El vecino me ha gritado absurdos de nuevo, la policía vino, azoté la puerta para después llorar.

¿tendrás la fuerza que se requiere para ser felices juntos?

Algunas plantas se han secado y parecen no reaccionar;

tengo tantas ganas de incendiarme dentro de todos los recuerdos.

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Bitácora del bosque

  1. Entré al bosque.
  2. Había, dentro del bosque, una casa.
  3. Incendiada por una fogata, dentro de la casa.
  4. La fogata parecía amigable, una fogata madre, que invitaba a entrar y sentir la tibieza después de una larga caminata dentro de un frío bosque.
  5. La casa era de madera, soñada.
  6. «Se puede tener todo dentro de un bosque», pensaba.
  7. La casa era tibia y dentro palpitaba una luz cálida.
  8. La cama era como mi cama.
  9. Tuve un poco de miedo; un nido de viudas negras tenía la casa.
  10. Me acerqué a la telaraña, intentando negociar.
  11. Una araña se posó en mi hombro, sentí miedo, la comí.
  12. La araña me habló con voz suave y maternal, no sé qué cosa. Quizá llegamos a un trato.
  13. Dormí en la cama.
  14. Alguien llegó a romper los vidrios de la casa con palos. Se oyó un estruendo, entraron muchos a la casa, tuve miedo, alguien me mordió un pie, el pie tenía una fisura enorme, veía el hueco de la carne; dolía mucho.

 

Desperté.

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Treinta millones de años

Hubo un momento en mi habitación que se quedó para siempre, como animalito sombrío que huele a vainilla viviendo bajo mi cama y sale a veces a hacerme cosquillas o llora y me hace llorar. Ese recuerdo consta de varios elementos simples: una persona, una voz, varias palabras, dos sombras. Las palabras son las que a veces duelen o hacen reír, las que me hacen fumar un cigarro (y yo ni fumo) y me nublan poquito la risa (aunque haga tanto sol y calor). “Ojalá te hubiera conocido antes” es parte de ese animalito que tú creaste, y que hizo un zumbido en mi cabeza preguntándome siempre ¿antes de qué? ¿Antes para qué? Esa noche vi muy claro la luz lunar entrando por la ventana y sentí tu abrazo en mi costado, casi temblando, con ganas de quedarte para siempre. Las ganas fueron otro tipo de animalito que sí murió con mucho frío, pero el recuerdo de tu voz que reconocía a oscuras, la mía que tambaleó mucho y los te amos con hilitos en los pies se quedaron en ésta habitación como amonites que datan treinta millones de años.

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Puerquitos de piloncillo

Rico el queso de cabra mermelada borracha, pan con miel, hotcakes con fresitas arriba y un poco de azucar; pastel de chocolate con trocitos evidentes, dulces de té verde que me da mi jefe japonés; coricos que me trae mi amigo Luis de Sinaloa que cocina marlin con verduras con salmón con arroz; hamburguesas de arrachera en el cumpleaños de Brendita que la quiero mucho y el pastel de helado  y la cerveza que sea oscura camarones endiabladitos chiles rellenos; canto de huazontles de cien hebritas, quesadillas con flor de calabaza con huitlacoche lunar, quelites en la cima de un tlacoyo de masa azul color del universo; pozole con jardín flotante y rábanitos tiernos; puerquitos de piloncillo, galletitas de animalitos, molotes poblanos y  tlayudas como pizza nacional; mezcal que hierve la garganta, dientes de mezcal de los últimos besos, amor de mezcal.

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Gabriela

Estoy pensando en ti. Tu piel de madreperla, tus aretes dorados y tus coloretes en las mejillas. Estoy pensando en tus mejillas, Trinidad;  en el olor a alcatraz y magnolias de todas las mañanas y de todas las noches. Rosa, cuando pienso ti recuerdo el color rosa, el mercado de la Tepalcates, el agua de alfalfa y los dulces que a escondidas me regalabas para que los demás no pidieran.  Ahora pienso en tu muerte, tu cadáver en la cama bajo la escalera de cemento. Tu palidez de labios morados y yo sentada en una silla viéndote dormir para siempre. Me gusta hacerme la que cree en Dios porque solo de esa forma puedo pensar en reencontrarte  y sentirme amada. Tu amor se sentía bien como una casa cálida donde dormir tranquila. Varias veces, cuando necesito un abrazo, pienso en tu fantasma a mi lado diciéndome que todo estará mejor. ¿Estás orgullosa de mí? ¿Lo estoy haciendo bien? ¿Me equivoco  mucho, Trini? ¿Sigues llamándome Gabriela? ¿Verdad que estás conmigo cuando la vida me hiere poquito o cuando estoy tan contenta que pienso es un regalo tuyo que me mandas desde tu existencia?

Duele poquito, Trini, pero estoy segura que también a las magnolias y alcatraces les dueles.

Soy tu Gabriela, Trinidad, te extraño raudales de agua clara.

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Desaparecer

Hay días que de mi piel nacen moretones sin ninguna explicación. Maravillosos moretones como sombras que viven dentro de mi sangre y quieren salir por la dermis, galaxias elípticas o espirales coloreando mis brazos, manos, nalgas, piernas y espalda. Tengo la impresión de que estoy desapareciendo poco a poco y eso también es maravilloso.

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Raudales

Soñé estar embarazada, pero solo tenía sangre en el vientre, raudales de sangre, mar. Entrabas tú a la casa, la casa era enorme y te perdías. Yo paría sangre y entonces dolía un poco. Te vi de lejos con alguien más. Dormían. Y los veía tan felices que no quise despertarlos.

Cuando sueño siento que la vida me habla.

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